martes, 7 de octubre de 2008

facultades alteradas ( 6 )


Foto: Paulo Brandão
Esta es una historia ficticia, obra de la imaginación. Cualquier similitud con lugares, personas o hechos reales es pura coincidencia. Obra previamente registrada.






9. El mar como marco y testigo

-Me gustaría que mi casa fuera un yate y así moverla por el mundo.
-Eso suena muy lindo. Podríamos conocer muchos lugares, veríamos muchos atardeceres y amaneceres en el mar…
-Y nos besaríamos mientras el mar mece suavemente la embarcación.
-¿Cómo la llamarías, a esa embarcación?
-¿Qué tal “Amanda”?
-Me gusta el nombre, pero yo quiero ser la única Amanda.
-Ciertamente eres única.
- ¿Qué tanto me amas?
-Te amo tanto que llegaría hasta el fin del mundo por ti. “Amor vincit omnia”, que en latín significa….
-Dejemos la lección de latín. Sólo bésame.

10. La fuente

Las palabras no se las llevaría el viento. Las conservaría para traerlas de nuevo hacia mí y recordármelas, como si hiciera falta. No sería ése ni el único ni el más interesante de los fenómenos observados. Al regresar a casa tuve una extraña experiencia. Debiera decir que fue un sueño, uno que parecía muy real. Nunca sabré qué tan real es un estado de conciencia antes de que logremos “despertar” del mismo para pasar a otro.
Una de las paredes de mi cuarto ya no estaba. En su lugar se abría un pasillo de la facultad. Una tenue luz roja parecía alumbrar ese escenario a través del piso y las paredes. Yo caminaba a lo largo de los pasillos, bajaba escaleras, miraba a mi alrededor con preocupación mientras seguía bajando. Tenía la sensación de que no era bienvenido en ese lugar. No debía estar allí.
Ya me encontraba por debajo del nivel del suelo, en el sector de las aulas más bajas. Un último tramo de escaleras y llegaría a donde generalmente nadie iba nunca.
Los golpes se sentían con más claridad a medida que me acercaba. Esas puertas parecían mucho más viejas que el resto de la universidad. Hasta donde yo sabía, siempre habían estado cerradas. Alguien las golpeaba desde adentro una y otra vez. Las puertas resistían. Sobre ellas, un reloj se había detenido a las doce y un minuto.
Supe que esa era la fuente del mal. Lo podía percibir: el sinsentido que afectaba a tanta gente, la depresión, la locura. El mal era irradiado desde el otro lado de esas puertas. De pronto una de las ellas cedió ligeramente. El reloj comenzó a funcionar con las agujas moviéndose hacia atrás. Era una cuenta regresiva.


11. El principio del fin

Me daba miedo bajar de nuevo hacia aquel sitio. “De nuevo”, pensaba, sintiéndolo tan real. No le conté a Amanda sobre aquel extraño sueño, o lo que fuera. Si mi subconsciente trataba de decirme algo, o si era un sexto sentido advirtiéndome de un peligro, era una cuestión que quería interpretar yo mismo.
Lo que ella me contaba mientras bajábamos era la leyenda urbana relacionada con ese sitio. Según fuentes que nunca son conocidas en esas historias, esa zona no habría sido elegida originalmente para construir la universidad, sino que se haría en otra parte. Allí se reunían hace mucho tiempo unos extranjeros de quienes se pensaba que practicaban extraños rituales. Un día habrían empezado a enloquecer y huir espantados. Los dos únicos que escaparon sanos y salvos del mal cerraron las puertas, las aseguraron con poderosos símbolos grabados sobre las mismas, y usaron sus influencias para que se construyera sobre ese espacio. Tenían la esperanza de que la atmósfera de un sitio dedicado a la educación, la esperanza, la realización personal y profesional, formara una barrera adicional contra el mal.
Pues allí estaban las puertas, aun cerradas. El reloj estaba detenido a las doce en punto. Los símbolos, si alguna vez habían estado allí, habían sido borrados por el paso del tiempo o por personal de mantenimiento.
El gato negro, mascota del lugar, bajó por las escaleras, curioso como siempre. Mientras yo miraba más de cerca las puertas, tratando de adivinar la forma original de los símbolos, Amanda levantó al minino para acariciarlo. Le pedí que viniera y me diera una opinión sobre lo que estaba viendo. Al dar el primer paso, el gato se mostró inquieto. Al segundo paso de Amanda, movió las orejas hacia atrás, mostró sus dientes mientras miraba hacia la puerta, se soltó de las manos de ella y huyó rápidamente hacia arriba.
-¿Que te pasó?-pregunté al ver un poco de sangre.
- No es nada, me arañó. Maldito gato.
No era grave, ciertamente, aunque un momento después fuimos nosotros quienes nos asustamos. La misma puerta de mi sueño terminó de ceder y se abrió varios centímetros.

Continuará...

12 comentarios:

Natacha dijo...

¡Vaya! lo haces a propósito... jaja. Espero que el próximo post sea la continuación.
Si que se ha quedado interesante... Genial, me encanta, cielo
Un beso.
¡No te asomes hasta que estemos todos!
Natacha.

Jorge dijo...

Natacha: supongo que nadie quiere entrar solo a ese sitio. Es una historia por entregas,asi que se parece a esas series de TV donde tenemos que esperar un poco para saber como sigue. A su momneto se verá como continua.
Un beso,amiga.

Unknown dijo...

muy bueno lo tuyo!!!!!!!!!!!!
habrá que matar la ansiedad para ver como sigue...........
me gustó mucho y esperaremos..........un abrazo

Jorge dijo...

Adrisol: gracias por unirte a los que siguen la historia. La continuaré tn pronto como pueda. Como típico especimen de geminis,estoy en varias cosas al mismo tiempo. :-)
Un beso desde Mar del Plata

Patricia López dijo...

Hago mías las palabras de mi hermana... ¡no podés dejarnos en ascuas, Jorge! Vamos, dejá algo de todo eso que tenés 'entre manos' y escribí la continuación, te lo piden tus fieles lectores!

Un abrazo.

Jorge dijo...

Patricia: ya que me lo piden cada vez mas lector@s, tendré que darle prioridad al asunto y ponerlo antes que otras cosas. Tal vez este fin de semana largo sea lo adecuado para descansar de otras cosas y que sea la creatividad la que actúe.
Ya veremos luego que pasa con nuestros héroes.
Un beso,amiga.

Conchi dijo...

Jorge, yo también me quedé intrigada por la historia. ¿Qué hay detrás de esas puertas?. Espero la continuación!!!.
Que tengas un buen fin de semana y que las musas te acompañen.
Un abrazo.
Conchi

Jorge dijo...

Gracias Conchi. De lo que haya detras de esas puertas tendre que ser yo el primero en enterarse. Ya alguna idea ya tengo de lo que es. En la medida en que me sigan acompañando las musas, tendré mas detalles.
Pasa buen fin de semana tambien. Un abrazo.

Sendieva dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Jorge dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Marinel dijo...

Me gusta como entremezclas lo idílico del amor hecho realidad con la ficción, el sueño o su posibilidad de no serlo,y el miedo.
Y es que nos pasas de un momento mágico de enamoramiento a otro de auténtica tensión y el gatito asustado que araña al marchar espantado, me deja con la boca abierta esperando más.
Quiero saber qué hay tras esa puerta misteriosa.Casi diría tétrica...
Seguiremos leyendo en el próximo capítulo...¡ayns!
Besos.

Jorge dijo...

Marinel: precisamente estaba por publicar la continuación cuando recibí tu comentario. Ahora por fin sabrán como continúa.
Es verdad que salta de un tema a otro, es que no es una historia que haya pensado desde el principio,sino algo que yo mismo no sé como continuará hasta el momento mismo en que la escribo. Para mi también es una historia en entregas,algo experimental. Espero que tanto les guste leerla como a mi escribirla.
Un beso.