En una época con muchos cambios,donde los acontecimientos se suceden de prisa, siempre es bueno tomarse un tiempo para meditar acerca de donde estamos y hacia donde vamos.
lunes, 15 de abril de 2013
Elecciones y decisiones en Venezuela.
Foto: Andrea Daza Tapia
Digo elecciones y decisiones, no como sinónimos, sino por decisiones tomadas antes y sobre todo después del proceso de elección presidencial. Me llama la atención la manera en que se ha polarizado la postura de mucha gente, no solo en Venezuela, sino incluso en otros países, desde donde se sigue este tema como una atrapante novela latinoamericana. Como en toda novela que atraiga nuestra atención, nos preguntamos cómo será el siguiente capítulo. A tal punto llega la polarización, que entre mis amistades hay personas chavistas y antichavistas, y las mismas posturas toman en Argentina muchas personas que comentan en redes sociales y al pie de artículos de periodicos online.
¿Por qué ese interés y esas tomas de posición desde Argentina, si después de todo no es nuestra elección? Porque Chavez y la presidenta eran buenos amigos, y hasta parecían haber ido a una misma escuela: allá en los discursos se dice "venezolanos y venezolanas" y aqui de pronto empezamos a escuchar "argentinos y argentinas". Allá había largos discursos y aqui cadena nacional cada dos por tres con cualquier excusa.
Observo otro detalle importante: hace no mucho tiempo no existía una oposición firme en Venezuela que pudiera disputar una elección de manera tan ajustada. En Argentina todavía no la hay, pero...¿por qué no podría llegar a existir también dentro de un plazo razonable?
Tras la elección se toman decisiones, y no todas fueron las más acertadas. Los dos candidatos hablaron de paz, pero la paz no se habla sino que se practica. No se practica si se habla de desconocer la voluntad de la mayoria y de fraude sin evidencias, ni con acusaciones sobre un supuesto pacto.
En Facebook hay páginas de ambos bandos con miles de seguidores. En twitter se refleja también la batalla mediática. Algo similar ya había pasado en México y en Estados Unidos, es decir, dos candidatos tan peleados por cada voto que uno de los dos luego no acepta el resultado.Es una realidad que supera las ficciones que conozco, y que no son pocas. Supongo que algun dia se filmarán películas sobre estos acontecimientos.
Uno podría suponer que obtener cada vez más votos sería visto por la oposición como señal de que están progresando, y que a ese ritmo pueden ganar la próxima vez. Sin embargo, cuestionar el resultado es cuestionar al pueblo, perder seriedad y confiabilidad, contribuir a un clima de tensión y división. Ya hubo un intento de golpe de Estado que se originó en la actitud de no aceptar un gobierno elegido por la mayoria. Las decisiones que se tomen en adelante indicarán si se logra superar los "ismos" que dividen a la gente, y son varios, de tipo político y económico.
En Argentina no hay por el momento una división similar, sino una multiplicación por dos. Hay dos estadísticas sobre la inflación, la oficial y la real; dos valores del dólar, el que no se puede comprar en la cantidad que uno quiera libremente y el del mercado negro; dos visiones sobre la inseguridad, la que la gente común percibe en las calles y la del gobierno que acusa a los medios de crear una "sensación de inseguridad",como si nos asustaran hablándonos del "hombre de la bolsa". Ya sabemos cómo son las estadísticas: si un hombre tiene dos autos y otro no tiene ninguno, entonces hay un auto por persona y somos todos felices.
Creo que seguiremos las noticias desde aqui interesados en saber cómo evolucionan- o no- ideologías similares, como reacciona la gente ante desafios cotidianos en comun, qué es lo que funciona y lo que no, cómo diversos líderes pueden ganar o perder el apoyo de la gente, y sobre todo, cuánto de todo eso pueda ocurrir, en mayor o menor medida, en nuestra propia tierra.
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