En estos días en Argentina hay confusión, debate y propaganda en relación a los programas de educación sexual. La ley al respecto se la llama ESI ( educación sexual integral). Se espera que sea una de las maneras de prevenir embarazos no deseados y abortos, y por lo tanto, tanto quienes están a favor o en contra del aborto, quieren tal educación. Me temo que las cosas no son tan simples. El problema que hay actualmente es que se quiere usar el plan de educación sexual como un caballo de Troya para enseñar ideología de género a los niños y jóvenes en las escuelas.
¿Y qué es la ideología de género? Una de las definiciones más claras de la misma es que "se trata de un conjunto de ideas anti-científicas que con propósitos políticos autoritarios desarraigan a la sexualidad humana de su naturaleza y la explican por la cultura". En otras palabras, según este conjunto de ideas, no importa si naciste hombre o mujer, porque ese es "el sexo que te fue asignado al nacer". En realidad esos detalles no vendrían dados por la naturaleza, la genética, la biología, sino que serían construcciones culturales. Si la sexualidad no se explica por la naturaleza, sino por la cultura, entonces no tiene límite, ya no hay hombre y mujer, sino más de 100 géneros. ¿Parece mucho? Un sitio web, ver este link, propone una larga lista de géneros, algunos tan ridículos, como el género que cambia según su entorno, o el que cambia según el estado de ánimo. En Nueva York, se ha habilitado un "género X", para quien no se reconozca como masculino ni femenino. Ver este link. Permitirá a los padres elegir la X para designar a los propios hijos recién nacidos. "No eres hombre o mujer, eres lo que quieras. ¿Quieres cambiar de sexo? Que los contribuyentes te lo paguen. ¿No te aceptan como tu nueva imagen? Que el Estado obligue a aceptar tus delirios o castigue en caso contrario."
Una noticia reciente de la provincia de Buenos Aires, dice: "Crean 20 centros de hormonización para trans y uno será para niños/as", ver este link. ¿Necesitas una prótesis dental? Te la pagas como puedas, pero si que tenemos que pagarle las hormonas, con los impuestos, a quienes se les cante cambiar de sexo. Empieza a juntar las piezas: les enseñan a tus hijos que no importa si nacieron hombre o mujer, que esos son inventos culturales, que pueden ser lo que quieran, y te hacen pagar por los cambios drásticos que se les ocurra hacer. Eso sin contar con otros problemas psicológicos probables, como que se sientan inseguros sobre quiénes son. ¿Qué generación tendríamos dentro de 15 años, con niños a quienes se les haya enseñado que pueden cambiar de género como de camiseta?
Todo este tema está relacionado con el aborto. Los sectores que procuran la legalización del aborto no pudieron convencer a los adultos. Ahora van por los sectores más vulnerables e influenciables. En estos días estos sectores intentarán confundir a mucha gente. Intentarán decir que hay personas "anti-derechos" o "ultra-conservadores" que se oponen a la educación sexual.
Que quede bien claro: no hay oposición a la educación sexual, la cual es necesaria para prevenir enfermedades y embarazos no deseados, para comprender la sexualidad y el propio cuerpo. La oposición es contra la ideología de género que se quiere mezclar en el programa de educación sexual. Esa ideología pretende quitarle importancia a la ciencia, casi como si volviéramos a la edad media. ¿Por qué? Porque la ciencia con sus argumentos venció a los abortistas, demostró que la vida comienza desde la concepción, que un feto es un ser humano que siente y no "una bolsa de células". No te digo, estimado lector, que creas en mí, sino que investigues este tema, que busques y compares fuentes, que saques tus propias conclusiones. Es grande el peligro y mucho lo que está en juego.
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