domingo, 23 de marzo de 2008

Speculum: segunda vuelta


Foto:yosoyjulito







Ya que cada participante escribió su parte, podemos comenzar de nuevo desde mi turno,lo que llamo la "segunda vuelta".Yo habia sugerido que cada persona escriba al menos unas 200 palabras ,pero no siempre parece posible.En parte ya esperaba dificultades como esta,porque una vez hice esta misma experiencia,y por eso veía la posibilidad de ajustar las normas a las circunstancias mas razonables. Dejemos el máximo en 600 palabras.Si no llegamos al minimo de 200,tratemos al menos con 100 ( de ser posible).Si vemos dificultades para seguir,podemos pasar el turno al siguiente participante.


Aqui va mi continuación,después de Penélope:


Estaba vivo pero en peligro, lo supe desde antes de abrir los ojos.Al principio me sentí desorientado,sin saber dónde era "arriba" y dónde "abajo".Determiné que me encontraba acostado boca arriba,que podía mover los dedos de mis pies y de mis manos,las dos.Tenía miedo de lo que pudiera encontrar al abrir los ojos,pero mucho más de lo que me pudiera pasar si no los abría.
Los abrí muy despacio y me senté sobre el suelo. Necesité unos momentos para acostumbrarme a la luz.Lo primero que distinguí fue mi propia figura.Había espejos en el techo y el suelo.Los seis lados de esa sala eran espejos.
Lo último que recordaba era el cruce del umbral intentando recuperar mi mano y la sensación de hundirme en un sueño. A pesar del poder que demostraba,esa cosa no me había matado.¿Por qué no?¿No quería o no podía? ¿Qué es lo que quería de mi? Traté de concentrarme.¿Qué es lo que quiere de cualquiera de nosotros? Confundirnos,atemorizarnos,aprovecharse de nuestras debilidades para que nosotros mismos causemos nuestra desgracia. En mi caso,logró confundirme y atemorizarme lo suficiente para hacerme entrar en su juego. El campo de batalla era mi mente. ¿Como lo sabía? En primer lugar, era el único sitio donde podía alucinar sin salir de casa. En segundo lugar, era el paso previo antes de llegar a mi alma.
Me puse de pie,seguido y observado por mi propio reflejo. Estaba rodeado de imágenes que me vigilaban desde todos los ángulos posibles. Si en unas me acercaba,en otras me alejaba.Si en unas veía mi rostro,en otras veía mis lados y mi espalda. Esa cosa estaba jugando con mi mente. La sensación de impotencia me invadió. Hice un esfuerzo por controlarme.No debía dejar que el temor se apodere de mí. Las pulsaciones aumentaban,sentí claustrofobia,mareos. Apoyé mi espalda contra uno de los espejos. Repentinamente mi reflejo me tomó por detrás con un brazo alrededor del cuello. Vi sus ojos rojos,brillantes,en un rostro igual al mio repetido docenas de veces.Acercó su boca a mi oído izquierdo y me dijó,burlón: "¿He llamado tu atención? ¿Me quieres? Ven por mi."
Me liberé de ese brazo,giré,y le di una patada con toda mi fuerza. El espejo cayó en pedazos,revelando un largo pasillo.


Continuación de Marta:


Estaba cansado de este juego sin sentido que me torturaba y parecía llevarme a donde no tenía intensiones de ir, o sea, hacia la locura. La rabia inundó mi ser y lo único que quería, era salir de allí y regresar a mi vida. A mi vida monótona, sin sentido, por momentos aburrida pero definitivamente conocida y predecible.
Me avalancé sobre el espejo por el que había atravesado, intentando volver el tiempo atrás, pero solo logré un buen golpe en todo mi cuerpo. Lo toqué nuevamente con las manos y viendo que solo el frío de su superficie podía sentir, intenté uno por uno con los otros espejos, ya a puñetazos, desesperado por salir de una buena vez, sin resultados.
Desanimado, intentando elegir entre la frustración, el conformismo o la aceptación ahí estaba, nuevamente frente al pasillo.



Continuación de Natacha:


Decidió adentrarse hacia la única alternativa… el pasillo. 
Un sinfín de puertas, a ambos lados del corredor, se extendían ante su vista.
El corazón latía desbocado otra vez… cada puerta disponía de un ventanuco a la altura justa de sus ojos. Asomarse o no. Miedo, curiosidad. Pudo la curiosidad. 
La primera puerta a la derecha. Esa fue la elegida. A tan solo dos pasos se situó delante.
Una puerta relativamente frágil. De color acero, fría.
Observó que las puertas, al menos 10, eran distintas. De distintos colores y texturas, de materiales diversos. Nuevas y viejas… 
Sin pensarlo mucho se asomó por el ventanuco. Estaba oscuro… sus ojos comenzaron a acomodarse la tenue luz interior… al fondo parecía… una persona sentada en el suelo, en un rincón… y … sí,… le miraba fijo. Pero quién… En una décima de segundo, la mujer que estaba en el suelo, pegaba su cara al cristal del ventanuco, en un salto felino hacia atrás, nuestro protagonista chocó contra la pared contraria del pasillo. El susto fue horrible. Ahora ya sabía quien era… Pero… no puede ser… Aquella chica del instituto. Amanda, era su nombre… salió con ella un par de veces… no se portó bien, pero nunca pudieron culparle por su muerte, se suicidó…
Echó a correr como si alguien le persiguiera, como alma que lleva el diablo. Al final, un recodo… no, dos. Izquierda o derecha.
A la izquierda luz, a la derecha, bruma. Luz, evidentemente. Comenzó a caminar y el suelo parecía blando, como chicle. No me gusta… un paso… otro más…  Peligroso… 
Vuelta a corredor. Desde luego que no entraría en la bruma. Si la luz no era buena…
Se sentó en el suelo de forma que veía cómo el pasillo se extendía ante él y los recodos a sus lados.
Se abrazó a sus rodillas y comenzó a llorar. Primero despacio, después con auténtica desesperación, miedo y angustia.
Al levantar la vista casi sufre un infarto. Un hombre alto, vestido con una especie de mono de trabajo le miraba entre asombrado y aliviado.
Le conocía de algo… ¿Sería real? O sería una visión como la de Amanda.
Poco a poco fue levantándose sin dejar de mirarle… ¿Quién es? No puedo recordar… esa cara…
De repente, sin previo aviso, el hombre echó a correr hacia la sala de los espejos de donde había venido.
Corrió tras él. ¡Espera, por favor! ¡Espera! ¿Qué es este lugar? 
El hombre del mono salto contra el espejo frontal y nuestro hombre cerró los ojos en espera de un gran estruendo, como el que ocurrió cuando él pateó los espejos hacía unos minutos… Pero… nada. Silencio. El espejo se lo tragó. 
¡Bien! ¡Ahora puedo volver! Pero… ¿qué hace ese hombre en mi casa…?
Un sudor frío le recorrió la espalda. Ahora sé quién es. Estuvo hace meses en mi cocina, reparando el desagüe. La policía vino preguntando por él. Había desaparecido y mi domicilio era el último lugar donde se le vio. Caso sin resolver.
¡Dios mío! Este tío ha estado aquí todo el tiempo. 
¡Mierda! Me largo de aquí ahora mismo.
Con paso firme se abalanzó sobre el espejo y el choque fue brutal… rebotó hacia atrás. ¿Por qué yo no puedo salir? 
Qué estúpido soy. Ese hombre necesitaba alguien que le relevara… 
Pegó su cara al cristal con una mano a cada lado, y… si… levemente ¡podía ver el hall de su casa! Y el hombre que reía, reía como un demonio mientras le miraba. Agarró la puerta de la casa  y salió.
Nunca había gritado tanto. ¡Alguien tendría que escucharle! ¡Socorro! ¡Sáquenme de aquí!
Pero quien le oiría. Pobre imbécil… vivía solo…
Tengo que conseguir que alguien se acerque, intercambiarme por él…
Y en estas estaba, cuando el cansancio le venció y no observó que, a su espalda, las puertas comenzaban a abrirse una tras otra, despacio, en silencio… 


Continuación de Penélope:


No supo en que momento se desvaneció ni cuanto tiempo estuvo en ese estado...lo último que recordaba era el ritmo desordenado de los latidos de su corazón,el temblor en sus piernas,el sudor que recorría cada una de sus facciones. Todo era confusión, recuerdos vagos, en esos momentos no sabia quien era, de donde venía, ni hacia dónde iba. Trató de ordenar sus ideas, recorrer su vida, sus deseos, sus sueños pero cuando llegó el momento de recordar sus miedos, el estupor le paralizó los sentidos..había recordado algo, mejor dicho a alguien...ÉL lo había tomado del cuello y pretendía algo de su persona, algo que no pudo tomar en ese momento, pero que estaba seguro, volvería nuevamente a reclamar...quien sería aquel que le estaba atormentando, porque le tenía atrapado allí ? Que habría en esas puertas que se estaban abriendo en ese instante? acaso el destino que venía por él? Eran muchas preguntas, algo debía hacer, no podía dejarse atrapar sin luchar, de repente tuvo un impulso vital que lo alentó a reponerse, sintió que debía echarse a andar y enfrentar sus miedos, caminar rumbo a lo desconocido. Y así fue, que con paso lento, tembloroso, con lo que suponía su último suspiro, comenzó a recorrer su camino, era lo que debía hacer...



Continuará....

4 comentarios:

Patricia López dijo...

Woooowww! Menuda labor le espera a mi amiga Natacha!

Me encanta, Jorge. Felicitaciones!

Anónimo dijo...

Ahi fué mi continuación...espero estar a la altura !!!! ÉXITOS !!!!

adriana (brasil) dijo...

adorei esse texto,muito interessante,estou ansiosa pela continuação...

Jorge dijo...

Obrigado por passar e ler. O relato está completo, só resta seguir as continuações. Há outro relato semelhante com o nome "Facultades alteradas", que incui estes personagens numa época anterior.