En una época con muchos cambios,donde los acontecimientos se suceden de prisa, siempre es bueno tomarse un tiempo para meditar acerca de donde estamos y hacia donde vamos.
jueves, 1 de enero de 2009
Paz interior, paz alrededor.
Foto:Androfire
"Si eres paciente en un momento de ira, escaparás a cien dias de tristeza." Proverbio chino.
En nuestra vida cotidiana encontramos muchas situaciones que pueden ser al mismo tiempo oportunidades para perder el autocontrol o para reforzarlo. ¿Es posible que se pueda mover a una persona robusta y pesada sin tocarla, con apenas decir unas palabras? ¿ Es posible incluso con un grupo o con una comunidad entera, o iniciar asi un conflicto violento? Me temo que si, es posible por medio de la provocación, y además,es frecuente. No solo eso, sino que el odio y el dolor resultantes pueden contagiarse y transmitirse a otras generaciones. La fuerza, la violencia, suelen ser recursos de quienes no tienen la razón, y de quienes están alterados por ideas o sentimientos como el egoísmo, la codicia, el odio, la envidia. De ahi que tenga sentido despreciar esos estados que alteran la mente en lugar de despreciar a las personas, pues cualquiera los ha tenido en algun momento.
Pienso que todo intento por mejorar nuestro mundo desde los primeros dias del año, debería seguir dos condiciones. Primero, sin violencia, pues la misma crece y se contagia,agravando los problemas en vez de solucionarlos. Segundo, sin indiferencia o inacción, sino con argumentos, porque como dijo alguien, para que los malos triunfen basta que los buenos no hagan nada.
Dejo a continuación un texto para pensar: "El samurai", hasta donde se, de autor anónimo.Está en la página de textos inspiradores que pueden encontrar en los links de la barra lateral.
Cerca de Tokio vivía un gran samurai ya anciano, que se dedicaba a enseñar a los jóvenes.
A pesar de su edad, corría la leyenda de que todavía era capaz de derrotar a cualquier adversario.
Cierta tarde, un guerrero conocido por su total falta de escrúpulos, apareció por allí. Era famoso por utilizar la técnica de la provocación.
Esperaba a que su adversario hiciera el primer movimiento y, dotado de una inteligencia privilegiada para reparar en los errores cometidos, contraatacaba con velocidad fulminante.
El joven e impaciente guerrero jamás había perdido una lucha. Con la reputación del samurai, se fue hasta allí para derrotarlo y aumentar su fama.
Todos los estudiantes se manifestaron en contra de la idea, pero el viejo aceptó el desafío.
Juntos, todos se dirigieron a la plaza de la ciudad y el joven comenzaba a insultar al anciano maestro. Arrojó algunas piedras en su dirección, le escupió en la cara, le gritó todos los insultos conocidos -ofendiendo incluso a sus ancestros-.
Durante horas hizo todo por provocarlo, pero el viejo permaneció impasible.
Al final de la tarde, sintiéndose ya exhausto y humillado, el impetuoso guerrero se retiró.
Desilusionados por el hecho de que el maestro aceptara tantos insultos y provocaciones, los alumnos le preguntaron:
-¿Cómo pudiste, maestro, soportar tanta indignidad? ¿Por qué no usaste tu espada, aún sabiendo que podías perder la lucha, en vez de mostrarte cobarde delante de todos nosotros?
El maestro les preguntó:
-Si alguien llega hasta ustedes con un regalo y ustedes no lo aceptan, ¿a quién pertenece el obsequio?
-A quien intentó entregarlo- respondió uno de los alumnos.
- Lo mismo vale para la envidia, la rabia y los insultos -dijo el maestro-.
Cuando no se aceptan, continúan perteneciendo a quien los llevaba consigo.
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18 comentarios:
Hola, Jorge. Pasé a saludarte en este primer día del año y me encontré esta hermosa entrada.
Siempre nos traes buenos textos para la reflexión, cosa que to personalmente te agradezco porque me encantan.
Paz. Paz para todos los pueblos del mundo, de nuestro mundo. No añado más a tus palabras, pues tú lo expresaste muy bien.
Un abrazo que nos una más en este año que comenzamos.
Conchi
Conchi: pensé que era bueno empezar el año con este tipo de reflexiones, en el primer dia. Gracias por pasar a visitarme y saludar desde el principio. Sigamos todos sembrando semillas de paz, poniendo cada uno nuestros granitos de arena.
Un abrazo.
Paz para todos. Eso resume mi comentario.
Muy buen post y muy bueno para reflexionar.
Esperamos que tengas un muy buen 2009 y que sigas muy bien.
Pensadores: una sola palabra resume mucho; paz,para cada uno y para el mundo.
Comiencen también un feliz 2009.
Saludos desde Mar del Plata.
Sabia actuación la del anciano,pero de difícil resolución, pues no todos tenemos la infinita paciencia, ni la sabiduría o saber estar de ese ser imperturbable...desgraciadamente.
Se me antoja parecido a lo de poner la otra mejilla:posible pero difícil.
No obstante, me parece digno de encomio y si de verdad tuviesemos la fuerza y decisión suficientes para actuar así,supongo que el mundo sería mejor...¿no crees?
Siempre me haces reflexionar con tus posts, y eso me gusta, porque me hace sentir viva.
Gracias mil.
Besos y mis mejores deseos pacíficos,amigo mío.
Marinel: no es necesario ser imperturbable o no sentir nada, pues no seria humano ni tendria mérito.Lo importante es el mal que se evita a pesar de lo que se sienta. Si analizamos mejor nuestra realidad,tal vez veamos que la gente tiene cierta tolerancia como padres,como maestros, como usuarios,etc. Con más ingenio y control y con menos fuerza, sin llegar a extremos como el del cuento,se puede mejorar mucho.
Besos,amiga.
Jorge, la actitud de este anciano nos demuestra que antes de actuar debemos pensar en las consecuencias.
Me encantó esta reflexión!.
Te deseo un buen año y te dejo mi cariño!
Elsis: gracias por tus palabras,espero que sea también para vos el comienzo de todo un feliz año.Quiero visitar los blogs amigos tan pronto pueda,mientras busco otras reflexiones.
Un beso desde Mar del Plata.
Tal cual! Dos no pelean si uno no quiere... me gustó esta reflexión, que te agradezco, como inicio de este nuevo año, donde faltan tantos ejemplos de paz.
Un abrazo, Jorge.
Patri: es una de las maneras posibles de comenzar el año en el blog, como tu post con ese bello poema. Hablando de eso, yo acabo de escribir un poema en mi otro blog, el de escritores, puede que te guste.
Un beso,amiga.
Desde luego la templanza y unos buenos tapones en los oídos... harán un buen desarrollo de una situación como esta.
Es un texto muy bueno. Hace pensar... y darse cuenta de que la manera de ver las cosas, a veces puede darte la fuerza para conseguir objetivos deseables.
Un beso, querido amigo y feliz 2009
Natacha.
Natacha: no habia pensado eso de los algodones en los oidos, junto con lo de contar hasta 300 y recitar el abecedario. Puede que todo eso junto ayude.
Te deseo también un feliz 2009, con todo lo bueno que mereces.
Un beso,amiga.
Ya había leído en alguna oportunidad este relato... cuanta verdad hay en eso... Deberíamos de aplicarlo a nuestras vidas y de esta forma se evitarían muchas situaciones desagradables..
Nada más para agregar, ya lo has dicho todo.
Espero tengas un feliz 2009.
Un beso!
Estuve recorriendo tu blog y me gustó mucho!
MUy bueno lo de este post, para pensar y que no nos ponga de mal humor lo que nos digan...
Un beso
Solcito: yo lo habia leido hace tiempo y me alegré de haberlo encontrado de nuevo en internet, para poder darlo a conocer a mas gente. Creo que sin ser un samurai igual podemos aplicar lo que se enseña en el relato, y cuanto mas se hace, mejor, como un ejercicio.
Un beso desde Mar del Plata.
Colo: bienvenida, me alegro de que te gustara el blog. A mi me gusta escribir, asi que el ciclo se completa cuando alguien me visita y me lee. Es un relato interesante,sin duda, y para reflexionar.
Un beso.
Hola, gracias al juego disfruté del placer de visitar fugazmente tu blog. Una entrada muy interesante para hacernos reflexionar. Un cordial saludo
LluviaDinvierno: gracias por tu visita, podrás venir por aqui cuando quieras. Ha sido un juego muy entretenido el de Conchi.
Un beso desde Mar del Plata.
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