Foto: Brînzei
¿Como explicar la calidez del abrazo de la persona amada? Sólo lo conoce quien lo ha recibido.
No siempre cuando más uno lo merezca, pero en el momento en que más se lo necesita.
Con un amor incondicional
Que escucha, comprende, perdona, reconforta, despierta lo mejor de uno mismo.
“Te amo” se dice con acciones, con diálogo, paciencia, sacrificios, perseverancia, con fe en uno mismo y en la persona amada.
¿A qué se le llama “casualidad”? Prefiero hablar de causalidad: todo ocurre por alguna razón, aunque al principio no la conozcamos.
Cada detalle de nuestro pasado -incluso los errores de los cuales también se aprende- nos trajo hasta donde estamos, contribuyó a unir nuestros caminos.
Me alegro de que sea feliz, sobre todo, que los seas conmigo. Damos y recibimos. Entregamos y aceptamos. Confiamos plenamente. Compartimos la vulnerable belleza resguardada en el interior de nuestras almas: sueños, ideas, gustos y preferencias. Lo que nos anima, lo que nos hace sonreír, lo que nos alivia, lo que nos inspira ternura. Todo lo que nos hace humanos y que alguna vez escondimos tras máscaras iguales a las que lucen todos los demás.
No estamos dentro de un cuento, pero puedo despertarte con un beso, ser tu caballero, vestir de azul si te place. Podemos ser felices hoy, día por día, superar las dificultades juntos y volvernos más fuertes.
Noto cómo despiertan mis capacidades dormidas u olvidadas. Mis esfuerzos tienen una dirección, mis acciones tiene más sentido que nunca. Mi entusiasmo lleva tu nombre.
Aunque ya lo sepas, o lo veas expresado en hechos concretos, te lo diré también en palabras, con particular cariño en tu día: TE AMO,
PRECIOSA.
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