
Agora en Atenas, Grecia.
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Matthijs KosterHace ya como 20 años que experimenté los primeros síntomas de agorabofia ( ver este
link ), sin saber en ese momento qué era lo que pasaba y en qué consistía. Los médicos tampoco lo sabían al principio. En general, eran episodios de incremento de adrenalina, stress y ansiedad en un cuerpo joven y perfectamente sano. Por un mecanismo conocido como
proyección, yo tenía la impresión de que el problema estaba en el exterior y no en lo más profundo del espíritu, donde realmente ocurría. Después de todo, yo puedo saber dónde está mi cuerpo, pero..¿dónde estoy "yo"? ¿Dónde está mi conciencia, mi alma, mi sentir, tan bien localizada que se la pueda señalar con una precisión de una millonésima de milímetro? Los humanos, incluso teniendo cuerpo, somos inmateriales, nuestro lenguaje lo es, y nuestras preocupaciones, deseos y temores también lo son. Nuestra "realidad" es un conjunto de descargas eléctricas interpretadas según nuestra cultura y nuestras experiencias y aprendizajes.
Un problema invisible me impedía salir de casa, pasear, viajar, estudiar, hacer muchas cosas. Los familiares y amigos no lo entendían, yo no sabía explicarlo, y los psicólogos eran una decepción tras otra. ¿Qué pasó entonces? Me cansé también de ese problema y decidí que había llegado el momento del contra-ataque: el valor. Me refiero al valor que consiste en sentir el temor a pleno...pero seguir adelante.
Entre la meditación, la investigación y las bibliotecas, llegué a compreder varios puntos importantes. En primer lugar, el problema no estaba afuera, sino dentro. Segundo, la agorafobia no era el auténtico problema, sino el conjunto de síntomas. Tercero, ésta fobia, como otras, puede ser superada. Cuarto, el temor se vence con acción y con amor. Quinto, cuando se supera un problema como este, se vuelve uno más fuerte.
Sería complicado poner en palabras lo que costaba ir a la universidad, al cine, al centro de la ciudad, la costa, o incluso viajar. Todas esas cosas que ahora me gusta hacer cada vez que el tiempo y el bolsillo me lo permiten. Una vez me preguntaron cómo era que yo conocía varios temas de psicologia, que si yo era un psicólogo. Yo respondí con mi habitual sentido del humor: no, soy un paciente, con años de experiencia. Estos años sirvieron para que busque dentro de mi y me conozca mejor, me supere a mi mismo, me vuelva más fuerte, y pueda decir a otros que éste y otros problemas pueden superarse.
Soy un escritor, un artista, y los artistas tenemos licencia para ser excentricos, neuróticos, inconformistas, creativos, originales,y gracias a otro mecanismo conocido como "sublimación", canalizar cuanto nos pase por dentro en la forma de obras. En mi caso, cuentos y poemas.
Desde un punto de vista budista, diría que el temor proviene del apego. Nos apegamos a muchas cosas y entonces tememos perderlas. ¿Qué nos pertenece, qué cosas no perderemos nunca? Las construcciones se deterioran y caen con el tiempo, los cuerpos se reducen a cenizas, las vidas pasan una tras otra. Para los que son creyentes, nuestro espíritu es lo único que nos llevamos, y conviene entonces tenerlo en el mejor estado posible. Para quienes no son creyentes, la cuestión es la misma también, pues piensan que esta es la única vida que tienen, y por tanto, no tiene sentido malgastarla cultivando estados negativos.Como decía antes, uno de los factores que me permitió superar el temor fue el amor; por la pareja, por la naturaleza, etc. No subestimen el poder que tiene para vencer cuanto se le cruce en su camino.