En una época con muchos cambios,donde los acontecimientos se suceden de prisa, siempre es bueno tomarse un tiempo para meditar acerca de donde estamos y hacia donde vamos.
jueves, 2 de febrero de 2012
Relato de viaje (2)
Foto:skinnylawyer
Tan pronto como bajé del omnibus seguí a los demás hacia el interior de la terminal, tras cruzar una calle. Una vez más rechacé las ofertas de quienes a viva voz ofrecían envolver la valija por un determinado precio. Ahora tenía que asegurarme de seguir correctamente todos los pasos de manera de estar en el avión dentro de tres horas. ¿Cuáles eran esos pasos? Hasta donde sabía, debía ir hasta la ventanilla de la línea aérea con la que viajaba para recibir mi pasaje. No lo traía conmigo como tal vez hubiera pasado en otras épocas. Era un boleto electrónico, algo que había leído en una vieja revista de viajes tan sólo unos días antes. Como ya tenía hecha la reserva y al viaje estaba pagado, sólo debía presentar el pasaporte en la ventanilla para que en ese momento impriman el pasaje y me lo entreguen.
Había más de 20 ventanillas, tal vez 30 o más una al lado de otra, unas cuantas estaban apagadas. Pasé frente a ellas arrastrando mi valija,tirando de la manija para que todo su peso se deslice sobre dos pequeñas ruedas. Era nueva la experiencia de ir al baño con una valija, pues obviamente no podía separarme de ella ni por un momento. Imaginé que debía haber un puesto de información, y después de consultar a un guardia, me encaminé hacia el puesto que me indicó. Allí una joven amable estaba respondiendo preguntas en español, inglés y portugués. Le confesé todo: como no había hecho antes un viaje como ese, no tenía mucha idea de lo que debía hacer. Me dijo que la correspondiente ventanilla se abriría más tarde, y así fue. De un momento a otro ya había una considerable fila de pasajeros, cada uno con varias valijas. Contra lo que pensaba al principio, la fila avanzaba a buen ritmo. Tan pronto como llegué a la ventanilla, recibí el pasaje a México y el pasaje del vuelo de conexión. Dejé mi valija sobre una cinta transportadora y me sentí aliviado de su peso. No volvería a verla hasta dentro de unas cuantas horas, en México.
El siguiente paso era entrar al área de preembarque. Una nueva fila para hacer pasar el bolso de mano por la máquina de rayos X y levantar los brazos mientras cada uno le era revisado con un detector de metales portátil.
-¿Dónde va?-preguntó el uniformado del detector portátil.
- A México -respondi una vez más.
Elsiguiente e inmediato paso llevaba el cartel "migraciones". Una nueva fila compensada por la velocidad con que avanzaba la misma. Cada pasajero mostraba su pasaporte frente a una ventanilla atendida por una persona frente a una PC. Le ponían un sello al pasaporte y que tenga buen viaje. Cuando yo llegué a la ventanilla, la chica que atendía introdujo mis datos en la PC. Los miró por segunda vez y me pidió también el documento nacional de identidad, cosa que no había hecho con los anteriores pasajeros. Después de verlo e introducir nuevamente los datos, me pidió que espere un minuto y se retiró de su puesto para entrar en una oficina. Volvió con un hombre que me preguntó si yo era yo, a donde iba, y si había viajado antes. Después de responder hasta lo más evidente, los dos volvieron a su oficina. Yo ya me preguntaba si me confundían con alguien que estuviera en "la lista de los más buscados". Si bien Jorge Fénix es el seudónimo que uso como escritor y blogger, mi nombre real es tan común como Juan Pérez o José García. De hecho, hay unas cuantas personas que tienen el mismo nombre y apellido que yo. Finalmente, volvió sólo la chica, puso el sello en el pasaporte, y me deseó un buen viaje.
La planta baja del aeropuerto tenía unos cuantos negocios donde comprar libros y revistas y también donde comer. Yo había comido en un Mac-Donalds de esa terminal una hora antes. El área donde uno esperaba la salida del avión parecía tener muchos más negocios. Suponía que serían los famosos duty free shop. Algo que también me había llamado la atención era la variedad de idiomas que escuchaba mi alrededor. Parejas hablando en inglés, en portugués, en lenguas orientales, y en alguna lengua que parecía europea pero que no entendía. No faltaban los asientos donde acomodarse mientras se espera la salida, cerca de la puerta correspondiente. Yo ya había encontrado la puerta de salida del vuelo, además estar atento a las pantallas que confirmaban que el vuelo saldría sin retraso.
¿Qué puedo decir sobre el paso del tiempo en esa área? Es posible que sea uno de los sitios donde más subjetivo se vuelve ese paso del tiempo. Puede pasar rápido porque uno tiene muchas cosas en qué pensar o despacio para alguien que se encuentre acostumbrado a los viajes.
De todas formas, el tiempo pasó. Me presenté junto con los demás pasajeros en la puerta correspondiente y caminamos por un pasillo que nos condujo directamente al interior del avión. Se veía más sofisticado y confortable de lo que suponía. Tan sólo entrar y sentarse ya era una experiencia agradable. Las azafatas dieron en dos diferentes idiomas las instrucciones de siempre. Como era de noche, por la ventanilla no había nada que ver aparte de luces. Me abroche el cinturón. El avión comenzaba a moverse lentamente hacia la pista que utilizaría para despegar.
Continuará...
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2 comentarios:
Hola, Jorge. Vine a leer la continuación de tu viaje. Es cierto que ahora los aeropuertos son unos lugares que casi engullen a los pasajeros. Yo hace tiempo que no viajo en avión pero mis hijos lo hacen muy a menudo y vamos a llevarlos a los aeropuertos. Observo que hay mucho movimiento de personas, de edades y lenguas muy diferentes y variados. En fin, que la gente se mueve mucho.
Ay, pasarías un poco de miedo mientras te retuvieron en la ventanilla, ¿no? Menos mal que te dejaron pasar!
Bueno, estaré pendiente del próximo capítulo.
Un abrazo y gracias por tu comentario.
Conchi
Hola Conchi,yo me imaginaba la confusión, pero como estoy limpio, consideraba que no habia de que preocuparse. Se que a veces si hay malentendidos e injusticias incluso con quienes esten limpios...hasta que asi lo demuestren ( culpable hasta que se demuestre lo contrario),por ejemplo en casos de robos d eidentidad, pero si me mostraba tranquilo y pensaba en algo lindo todo saldria bien.Todavia faltan mas detalles,como el viaje en avion, ya pronto viene la siguiente parte.
Un abrazo.
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